El mundial sufrió por las guerras

La falta de convivencia ha hecho que el ser humano escriba los capítulos más amargos de su historia, al encontrar la solución de sus diferencias en los conflictos armados.

Este tipo de decisiones afectan de manera directa la cultura, la educación y la economía de una región.

De esto tampoco se escapa el deporte. Un ejemplo de ello ocurrió en el Mundial de Francia 1938, que estuvo marcado por un contexto de crisis política.

España tenía dos años inmersa en una Guerra Civil, mientras el auge totalitario en Italia y Alemania ponía en peligro la libertad de Europa.

Tres meses antes de la Copa Mundial, el régimen de Adolf Hitler se anexó el estado de Austria como una provincia del III Reich, dentro de su política expansionista.

En Asia las cosas no eran muy diferentes, la situación era complicada por la Segunda Guerra Sino-Japonesa.

Esto ocasionó que solo participaran 15 países Alemania, Bélgica, Brasil, Cuba, Checoslovaquia, Francia, Hungría, Indias Orientales Holandesas, Italia, Noruega, Holanda, Polonia, Rumania, Suecia y Suiza.

A esto se le suma las ausencias de Uruguay y Argentina, en forma de protesta por la designación de la sede en Francia. Los únicos representantes de América fueron Brasil y Cuba.

Cabe recordar que por primera vez en un mundial la selección anfitriona Francia y la vigente campeona Italia tenían la plaza asegurada.

Al final, en el estadio de Colombes, Italia se impuso 4-2 a Hungría, para convertirse en el primer país que obtuvo un bicampeonato.

El seleccionador Vittorio Pozzo hizo historia al ser el primer director en ganar dos mundiales.

Un año más tarde, el inicio de la Segunda Guerra Mundial impidió que la Fifa pudiera organizar las siguientes dos ediciones. El torneo no se pudo reanudar sino hasta 1950, cuando se celebró en Brasil.